
Nuestra vida es un milagro, no hacemos conciencia de ello, no somos agradecidos con Dios nuestro Creador, damos por hecho que la vida debe servirnos, darnos lo que deseamos y cuando lo deseamos; en mi vida ha habido muchos milagros, muchos que ni siquiera he percibido, otros que me han dejado asombrada, casi a punto de un ataque al corazón, ya estoy acostumbrada a que pasen "cosas raras" en mi vida, pero al principio no fue así. Uno de ellos fue el segundo milagro, el segundo según mi cuenta, el primero fue cuando tomé 70 pastillas y nada me sucedió, el segundo fue un capricho mío, tenía 17 años, con una depresión diabólica, hacía 2 años había intentado matarme y fracasé, después de 2 años mi depresión continuaba, mi vida era un infierno, mi madre me trataba muy mal, mi padrastro sólo me demostraba que yo le estorbaba, mi padre enfermo, todos se burlaban de él, todos sabían que mi madre tenía un amante menos él, se estaba muriendo de diabetes, ya le habían dado 2 infartos, sabía que en el tercero se moriría, lo amaba tanto, y no podía ayudarlo, estaba tan solo y abandonado, yo eso no lo soportaba, yo ya no estudiaba, me consideraba una completa inútil, lo único que sabía hacer era ser la sirvienta perfecta de mi casa, no era feliz, no tenia amigos, nada, mi hermano me ignoraba como siempre, nunca conté con él, ah, y tenía a Dios, mi único amigo con el que hablaba desde los 7 años, pero en el fondo yo sabía que hablaba sola, conmigo misma, en el fondo sabía que nadie me escuchaba, me fui a vivir con mi abuela al rancho un mes, a nadie le importó, bueno mi mamá se volvió loca con el quehacer y extrañó a su sirvienta, yo me sentí mejor con mi abuelita que también era una mujer sola, muy sola, tenía unos días en el rancho y un día se me ocurrió ir a una bella huerta de un tío que vivía en Estados Unidos, tenía árboles altísimos de nuez, ya había acabado la temporada de nuez, sólo había muchas hojas tiradas, yo estaba sola, me gustaba estar sola para meditar y hablar con Dios, pero ese día estaba muy enojada, estaba harta de la vida, de todo, hablaba con Dios cuando de pronto, me llegó la rebeldía, y comencé a desquitarme con él, comencé a reclamarle, tontamente, y le dije: No existes, si existieras y eres tan bueno como dicen, ¿porque permitiste que sufriera tanto? ¿existes? ¿eres bueno? ah, ya sé entonces no me amas, no te importo, y bla, bla, bla. Me paré con malicia en el medio de un espacio donde no había árboles como 30 metros circulares sin árboles, no había aire, no era época de nuez, se la puse imposible, voltee hacia arriba, al cielo y estaba totalmente descubierto, no había ni hojas, solo cielo, con un silencio escalofriante, no se oían pájaros, nada, era un momento raro, pero continué, sentía que muchos me miraban pero nadie había, era un lugar solitario, cuando estuve segura de que le había puesto todos los obstáculos, que no podría pasarlos cometí la canallada de decirle: Siempre fui buena y tu lo sabes, siempre te he amado, y tu sabes lo que he pasado desde mi infancia, te he amado mucho, y si existes y me amas quiero que me lo demuestres pues no voy a seguir amando a alguien a quien no le importo, y seguí hablándole, ya no recuerdo las palabras exactas, sólo recuerdo que le dije: si existes y me amas quiero que caiga una nuez aquí y señalé al piso a unos centímetros de mis pies, estaba segura que nada pasaría, pero lo curioso es que estaba completamente segura de que me había escuchado, y que me comprendía. De pronto sucedió lo más extraordinario que me ha pasado, sucedió en cámara lenta, como si los segundos se hubieran hecho muy lentos, no sé como explicarlo, miré a la altura de mis ojos y estaba cayendo una nuez, con cascara, fue tan lento, tan maravilloso, era una cáscara perfecta, observé como cayó, el momento en que tocó el suelo, era perfecta, no tenía una sola imperfección, y abrió en una forma terriblemente perfecta, las dos mitades quedaron como si alguien las hubiera medido, exactamente la misma medida de separadas, y en medio la nuez más perfecta jamás vista, era totalmente blanca, hermosa. Mi primera reacción fue voltear al cielo, y no había nada, aterrorizada comencé a temblar, no era posible, era imposible que cayera una nuez ahí en ese lugar, no había árbol, no había aire que pudiera transportarla de otro lugar, y lo más importante no era época de nuez, aún así cayó, y era hermosa. Las lágrimas comenzaron a brotar, me hinqué con los ojos cerrados, no me atrevía a levantar la cara, le pedí perdón, me sentí muy mal, la verdad es que éramos los mejores amigos y yo dudé de él, me sentí muy culpable pero al mismo tiempo sentí una enorme alegría al comprobar que si tenía un amigo, el mejor que podía haber tenido en mi existencia, que siempre estaba conmigo, y que dijera la tontería que yo dijera Él me amaba, sé que nadie me creerá pero es la verdad y mi Padre lo sabe, fue algo entre Él y yo, lo más curioso es que el milagro no fue sólo ese, la nuez duró fresca más de 10 años, algo que es imposible, a los 28 años, ya no aguanté más pues tenía curiosidad de si encontraría algo dentro y la quebré, encontré un fruto fresco y delicioso, lo comí, su sabor era increíble, una nuez normal al año está rancia, y ésta estaba totalmente fresca y rica. Un día conté esto a un amigo y me dijo en tono de burla (pues no me creyó) le hubieras pedido sacarte la lotería, mi respuesta fue totalmente honesta y le dije: también se lo pedí, poco tiempo después y me saqué el segundo premio a nivel nacional, y nunca compré el boleto, un amigo llegó y me regaló el boleto, pues le pedí sacarme la lotería pero nunca pensé que debía comprar un boleto. Pero esa es otra historia.