domingo, 1 de marzo de 2015

Comenzamos...

Hola, todos los días tengo ganas de escribir, de ir archivando mis momentos vividos, esos, los intensos, los dolorosos, los felices, alegres, los que me enseñaron algo. Mi mente tiene tanto que de pronto debo ir dejando capítulos en el archivero para poder continuar, aprendiendo...

Si tuviera que resumir mi vida en dos palabras serían, "triste, desafiante." Dicen que todos escogemos a nuestros padres, hermanos, situaciones, lugares, y época antes de nacer con el fin de aprender, de elevar nuestro nivel espiritual, no sé si será esta la verdad, solo Dios lo sabe, y los que están en el otro lado, (si es que hay otro lado) la realidad es que aquí todos tenemos que pasar problema tras problema y conforme vamos superándolos de acuerdo a nuestra capacidad vamos fortaleciéndonos, adquiriendo experiencia y adquiriendo madurez, sabiduría, esto es elevando nuestro nivel.

Mi historia

Cuando nací, (me cuentan) era hermosa, llamaba la atención, mi padre me amó, mi madre me amó, fui la primera, aunque no era hija biológica de mi padre la verdad es que me amó más que mi madre, tanto me amó él, que mi madre comenzó a tener celos de la atención de mi padre hacia mí, comenzaron los problemas, a los 3 años nació mi hermano, mi madre lo amó, lo idolatró, y se convirtió en mi enemiga,me trataba mal, a los 4 años mi autoestima ya no existía, ella me criticaba, me regañaba, me sentía la más horrible del mundo, me decía: "eres mala" y yo le creía, ella era el amor de mi vida, como no iba a creerle, comencé a angustiarme a tal grado que creí que si la tenía contenta ella me amaría, así que comencé a agradarla haciendo la limpieza de la casa, barrer, trapear, lavar mi ropa, etc, cuando tenía 7 años, era una auténtica sirvienta de mi madre, y ¿saben que? jamás logré un elogio de ella, cuando la "sorprendía" con la casa impecable de limpia, yo esperaba que me abrazara y me dijera: "te amo, hija" y no, siempre me decía molesta, (no entendía porque se molestaba) te faltó esto, o lo otro, abajo de la cama. Ahora veo que fui la niña perfecta, limpia, obediente, estudiosa, callada, e incluso espiritual pues a los 7 años en mi desesperación por encontrar el porqué no era amada por mi madre encontré una gran Biblia y comencé a leerla con la esperanza de encontrar la clave para que ella me aceptara y amara.


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